¿Quién fue el discípulo amado?
Autor: Christopher W. Skinner
Traducción: Ana María Crocco
Las figuras anónimas tienen una manera de despertar nuestra curiosidad y de persuadirnos a conocer más. Pensemos en la Garganta Profunda de Watergate o en el notorio Unabomber. Ahora que sabemos que Garganta Profunda en realidad era el agente del FBI Mark Felt y que el Unabomber era un matemático esquizofrénico llamado Ted Kaczynski, esas figuras de algún modo dejan de ser tan interesantes como lo han sido al principio.
Lo mismo ocurre con las figuras anónimas de la Biblia. Tal vez el más conocido en el Nuevo Testamento es el llamado discípulo amado. Además de Jesús, este personaje –cuya identidad nunca se ha revelado—debe ser considerado como una de las figuras más intrigantes del Evangelio de Juan. Sin embargo, dado que muchos asumen que ya conocen la identidad de este personaje, él a menudo fracasa en inspirar el misterio que la narración trata de evocar.
La identificación más común de este personaje proviene de una tradición temprana, que sostiene que el discípulo amado fue un individuo conocido como Juan, el hijo de Zebedeo, un discípulo de Jesús. Esta teoría también identifica al hijo de Zebedeo como el autor del Evangelio de Juan. Esta idea aún se mantiene entre los cristianos contemporáneos, aunque hay poca evidencia para sostenerla. Otros académicos has identificado variadamente al discípulo amado con Lázaro (Juan 11,38-44), Tomás (Juan 20,24-28), o incluso con María Magdalena (Juan 20,11-18). Sin embargo, estas teorías en última instancia no reflejan la realidad.
El personaje sombrío conocido como “el discípulo amado de Jesús” aparece en cinco escenas del Evangelio de Juan (Juan 13,21-30, Juan 18,15-18, Juan 19,26-27, Juan 21, 7 con Juan 21,20), aunque también algunas consideran al discípulo sin nombre en Juan 1,35-39 como el discípulo amado. En estas escenas el discípulo amado está en contraste con Simón Pedro, a quien se lo caracteriza menos positivamente. En cada instancia el discípulo amado responde a Jesús en un modo loable según lo considera el narrador, mientras que Pedro expresa confusión, duda y falta de comprensión antes de negar que conoce a Jesús. En un sentido, el discípulo amado hace todo bien: dos veces se encuentra ubicado indicando su fidelidad a Jesús (Juan 18,15-18, Juan 19,26-27); responde apropiadamente creyendo en el sepulcro vacío, aún cuando no comprende (Juan 20,3-8); él también reconoce a Jesús resucitado desde lejos cuando los otros discípulos no lo hacen (Juan 21,7). En el comentario tal vez más importante sobre el discípulo amado, el narrador lo presenta como “reclinándose sobre el pecho de Jesús” (traducción del autor, Juan 13,25) –una representación en inglés de la misma frase griega usada para describir la relación entre Jesús y Dios Padre (“cerca del corazón del Padre”, Juan 1,18). Cada una de estas representaciones refuerzan la idea de que el discípulo amado tendría que ser visto como un seguidor ideal de Jesús—uno con quien cada lector fiel puede y debe identificarse.Tal vez realmente, un individuo histórico sostuvo la figura del discípulo amado. De todos modos, el discípulo amado es anónimo en el texto y debe permanecer así para cumplir el rol que le fue asignado en la historia. El punto que hace el Evangelio de Juan es que cualquier lector que desee seguir a Jesús puede convertirse en un discípulo amado siguiendo su guía. Desde las páginas de la narración, el discípulo amado llama al lector: “Sigue a Jesús como yo lo he seguido, y tú también podrás convertirte en el discípulo que Jesús ama.”
Colaboradores
Christopher W. Skinner
Profesor Asociado, Mount Olive College
Christopher W. Skinner es profesor de Nuevo Testamento y Cristianismo primitivo en la Universidad Loyola de Chicago. Es autor de alrededor de tres docenas de artículos y capítulos de libros y ha escrito o editado nueve libros, incluyendo Mark as Story: Retrospect and Prospect (with Kelly R. Iverson; Society of Biblical Literature, 2011), What Are They Saying about the Gospel of Thomas? (Paulist, 2011), Characters and Characterization in the Gospel of John (Bloomsbury/T & T Clark, 2013), Reading John (Cascade, 2015), and Johannine Ethics: The Moral World of the Gospel and Epistles of John (Fortress, 2017).
Bibliography
- Bennema, Cornelis. Encountering Jesus: Character Studies in the Gospel of John. Milton Keynes: Paternoster, 2009, especially chap 21.
- Hylen, Susan E. Imperfect Believers: Ambiguous Characters in the Gospel of John. Louisville, Ky.: Westminster John Knox, 2009, especially chapter 6.
- Culpepper, R. Alan. John the Son of Zebedee: The Life of a Legend. Studies on Personalities of the New Testament. Columbia: University of South Carolina Press, 1994. Repr., Minneapolis: Fortress, 2000.